La historia de Despierta Débora


Historia

Nuestro movimiento surgió del corazón de Dios. En mayo de 1995 un grupo de pastores de Brasil asistieron a Seúl, Corea del Sur, a la Consulta Global de Evangelización Mundial. Reunidos en el Estadio Olímpico, la iglesia coreana consagró a la obra misionera a los 100 mil jóvenes de todas las denominaciones que entonces poblaban las iglesias. En esa histórica y solemne ocasión, que fue seguida por el pujante envío de miles de coreanos como misioneros al resto del mundo, se mencionó que esta cosecha juvenil era el resultado de la labor intercesora de las madres a favor de los hijos.

El Espíritu de Dios movió el corazón de los pastores Marcelo Gualberto, Jeremías Pereira da Silva y su esposa Ana María a dar inicio a un movimiento para movilizar a las madres brasileras a la oración. Eligieron como modelo a Débora, la jueza del relato bíblico de Jueces. Ella, como las madres actuales, consternada por la situación de los niños y jóvenes, se alzó como madre de Israel y se hizo el auto llamado de “Despierta Débora, despierta”, sumándose así al plan de Dios de salvar a la generación de sus hijos. Ana María al poco tiempo falleció de cáncer, pero su mensaje de “no hemos engendrado hijos para poblar el infierno” hizo eco en miles de mujeres a doblar sus rodillas a fin de ver a sus hijos de pie en los caminos del Señor. El movimiento tuvo un crecimiento asombroso e inesperado. Miles de mujeres en Brasil y en el mundo de habla portuguesa se convirtieron en Déboras.

3 líderesDios usó otro encuentro internacional para extender sus fronteras. En noviembre de 2009, en un congreso de Juventud para Cristo en Buenos Aires, el Señor llamó por separado y sin que ellas se conocieran en esa ocasión, a Silvia Brynjolfson para llevarlo a Canadá y a Saskia van Helden para iniciarlo en Holanda y Europa. Poco tiempo después, juntamente con Helida Paixao, líder de Brasil, las tres constituyeron el equipo internacional.

 

En el mundo de habla hispana simultáneamente el Señor hizo germinar la semilla de nuestro movimiento en Perú, con Martha Bardales, en Argentina con Silvia Sánchez de Arnau y en Colombia con Astrid Trivino. En Vancouver, Canadá, en enero de 2010 cuatro latinas, convencidas que el Señor las llamaba a dar inicio de Despierta Débora, se reunieron para orar y preguntar ¿Qué planes tienes para nosotras Señor? Empezaron con desayunos para la comunidad hispana donde se oraba por los hijos. El Señor usó estos vínculos para que muchas mujeres conocieran a un Dios que responde oraciones y muchas entregaron sus vidas a Él.

 

A través de los vínculos con Juventud para Cristo, la organización que auspicia Despierta Débora, Silvia visitó muchos países hispanos y el Señor levantó este movimiento que hoy imparte esperanza a madres y, como fruto de sus oraciones, restauró la vida de cientos de jóvenes en 20 países de habla hispana y comunidades latinas en otras naciones.

Un congreso

Comienzo en Vancouver