One Comment

  1. Gran ejemplo a seguir como mujer de oración el de Ana, yo, al igual que ella en algunas ocasiones me he sentido marginada y olvidada; pero nunca abandonada por nuestro Señor Jesucristo, tenemos un Dios fiel.
    Gracias Silvia por tan poderoso mensaje.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *