Jesus: valiosa y silenciosa preparación

Encuentros con personajes de los Evangelios que iluminan nuestro andar

Jesus: valiosa y silenciosa preparación

Lucas 2:39-51

Por Silvia Brynjolfson

Durante 30 años de silencio el Señor cultivó los fundamentos que le permitirían sobrevivir y sobrellevar 3 años de adversidad y oposición. Su aprendizaje es el mismo que nosotros necesitamos

Ana: la intercesora invisible

Encuentros con personajes de los Evangelios que iluminan nuestro andar

Ana: la intercesora invisible

Lucas 2:36

Por Silvia Brynjolfson

Ana: a pesar de ser una dama con todas las condiciones de ser invisible por la sociedad, sirve a Dios y a otros.

El consuelo de Simeón

El consuelo de Simeón

Lucas 2:21 – 35

Por Silvia Brynjolfson

Un anciano, quien por años aguardó el cumplimiento de la promesa Dios, recibeconsuelo en una forma que no esperaba

María y el temor

Encuentros con personajes de los Evangelios que iluminan nuestro andar

María  ¿Cómo se sobrepuso al temor?

Lucas 1:26-38

Por Silvia Brynjolfson

José, el justo

Encuentros con personajes de los Evangelios que iluminan nuestro andar

José, el justo

Mateo 1:18-19
Por Silvia Brynjolfson

Ana: la incomprendida

Mujeres de la Biblia que se encontraron con Dios

Ana: la incomprendida

Por Silvia Brynjolfson

Un evento especial era el escenario donde el profundo dolor de Ana afloraba. Su pena era agudizada por la falta de comprensión de quienes podrían haberle brindado conmiseración. Finalmente fue oída, comprendida y consolada por el único que podía identificarse con su sufrimiento.

 

Rut: bajo las alas de Dios

Mujeres de la Biblia que se encontraron con Dios
Rut: bajo las alas de Dios

Rut manifiesta nobles virtudes, pero, por sobre todo, su vida es un testimonio de la gracia de Dios, quien la protegió y bendijo bajo sus alas hasta convertirla en un eslabón de la genealogía de Jesús.

Por Silvia Brynjolfson

 

Noemí: Amargura y bendición

Mujeres de la Biblia que se encontraron con Dios
Noemí: Amargura y bendición

Por Silvia Brynjolfson

Las pérdidas pueden despertar la amargura y el sentido de abandono de Dios. Noemí admitió su amargura, pero no permitiendo que ésta echara raíz en su alma experimentó la bendición de Dios al percibir las expresiones de Su gracia en su vida.